jueves, 28 de agosto de 2014

Entre el blanco y el negro, Àlvar Calvet



Entre el blanco y el negro
El tema del blanco y el negro como color físico fue tratado por Rodchenko a principios del siglo XX, lo hizo con ánimo de llegar a una realidad más profunda y acorde con el concepto de la pintura de entonces. Pintó una serie de cuadros en los cuales el color, o la ausencia de él, era el motivo de su propia representación. Pintó negro sobre negro, blanco sobre blanco, rojo sobre rojo, amarillo sobre amarillo y también los contrarios sobrepuestos, “negro sobre blanco… etc. ” Malévich le dio al tema una dimensión filosófica, mística y si se quiere metafísica. Pintó dos cuadros que han hecho historia, “blanco sobre blanco” y “negro sobre negro.”  En la pintura de Malévich constatamos que en los dos cuadros, situados en los extremos luminosos, existen pequeñas diferencias, leves melodías para observar y no quedar desamparados; cosa que si ocurría con las pinturas de Rodchenko.
Desde entonces han pasado muchas cosas en la historia de la humanidad y pintura, ahora algo nos dice que todo esta más allá del horizonte o que el cuadro es el horizonte mismo. La mirada nos hace cómplices de la idea y allí donde no hay nada siempre aparece alguna cosa que proporciona argumentos. Una reverberación sutil es suficiente para vislumbrar una leve esperanza y hacernos preguntas. Sabemos que la nada, el vacío, no lo es tanto y que en sus inhabitables espacios se gestan las probabilidades de la vida. En el vacío se construye la realidad que vemos si sabemos lo que vemos. La luz, la sombra, son rostros de la misma realidad y la diferencia radica en nuestros ojos. En el horizonte de sucesos asoma el tembloroso matiz que forma el pensamiento. El cuadro blanco esta pletórico de contenidos y así se afirma cuando somos capaces de pensar en el esplendor de la luz. El negro no niega nada y constatamos en él la textura que aparece con resplandores minerales. Vemos en la negación de la luz, la sutil luminiscencia de la dirección del pincel y la perspicacia del observador que se hace cómplice de aquel vacío abisal. La conclusión; el blanco es luz que deslumbra con aquello que contiene y el negro es negación que afirma con aquello que le falta. En los dos extremos podemos escribir los versos del misterio y ocultar el suave pañuelo de las intenciones.

La luz, del blanco al negro.
Entre los dos extremos, el de la máxima luz y la sombra más oscura, sitúa Àlvar Calvet los sutiles registros del ser. Entre esas dos fronteras, cada una de ellas inhabitable, dibuja la trama personal de 24 marroquíes, 12 que viven en Cataluña y doce en Marruecos.
Les llama retratos y han adoptado formas geométricas, tramas realizadas a mano alzada que presentan matices y colores que van, o vienen, del blanco al negro. Toda la serie tiene un marcado interés por valorar las formas geométricas. Muy por encima de las armonías del color están los gestos de la mano, la idea de la trama y la urdimbre que teje el cuadro.  Valora de manera destacada estos dos hilos de contrariada luz que configuran el tejido de un telar invisible; aquel que se forma en el pensamiento humano…
Quizá tengamos que pensar que estas obras son metáforas y lo que Àlvar nos quiere explicar responde a como se debate el ser en su laberinto. Quizá la trama y la urdimbre presentan al ser atrapado en su piel y éste forcejea e intenta liberarse de la esclavitud del rostro, de la sumisión al nombre,  para instalarse en la “presentación del alma”.
También nos muestra otro compromiso, otra mirada, otro principio que no niega a los anteriores: entre el blanco y el negro están los ojos del que mira, el ser observador y el retratado… Cada persona, 24 en total, se definen en una trama alegórica, una red de caminos infinitos que contienen las claves del lugar “donde habitamos…”

Pienso que hay que ser justo con las palabras y hacer ver que la trayectoria de Àlvar Calvet es estéticamente coherente en su trabajo, tanto en la “manera de operar” como en los temas que trata. Él ya había elaborado estas formas y la paleta de colores enjutos es parte de su ideario. Estas tramas también son parte fundamental de su discurso y con él aborda temas diferentes; el retrato puede ser aquí una excusa…
Sobre los retratos, pienso que la que presento es una lectura atrevida, quizá veo y hablo sobre mi propia proyección, y sería pedir demasiado, o lo justo, o quizá poco, que cada una de las obras “presentara el espíritu” de la persona representada.

Sala de la casa de cultura de El Catllar. Exposición de Àlvar Calvet

12 Unidades, aquí y allá
Las obras son herméticas pero se presentan como “retratos” obras dedicadas a personas concretas y todos ellos emigrantes. El hecho de escoger el número 12, aquí y allá, no es una casualidad; por tanto creo conveniente introducir una valoración del número para situar en su lugar el despliegue de significados.
El 12 es el número solar, el que regula sus movimientos temporales y mide su espacio circular. Como digo el numero es una referencia espacial y temporal contemplada des de la escala humana. El sistema sexagesimal nació de la componenda de los dedos de la mano derecha y los múltiplos que proporciona los dedos de la izquierda. El tiempo todavía se mide con el sistema sexagesimal y sus submúltiplos. Entendemos por años, días, horas, minutos y segundos. El día tiene 12 horas y 12 son para la noche, de la misma manera el año tiene 12 meses… En los cálculos babilónicos el año tenía 6 veces 60 = 360 días, pero después se ajustó a 365, pequeño desajuste del sistema sexagesimal. El espacio de los círculos celestes y las esferas también se fraccionó en ángulos (grados, minutos y segundos)…
El doce es el numero de veces que la luna gira alrededor de la tierra  y los astrónomos primitivos establecieron como 12 los signos del zodiaco. También es una medida común en el mediterráneo comprar los productos por docenas y en la Grecia antigua eran 12 los dioses principales del Olimpo. Es el numero de la perfección y del orden cósmico. 12 son las estrellas de la bandera de la unión Europea inspirada en la tradición que dice que el doce es el número de la perfección, la igualad y la plenitud.

Para los creyentes, son muy conocidas las doce tribus de Israel, fundadas por los doce hijos de Jacob. También eran doce las estrellas que se representaban a la bandera del pueblo judío. En la Biblia son nombradas las 12 puertas de la Jerusalén celeste, también lo son los 12 frutos del espíritu santo, el mismo que los frutos del árbol del la vida. Se dice también de las  estrellas doradas de la purísima recortadas sobre el azul del cielo. 12 eran los diáconos, los hombres justos del evangelio y 12 eran los apóstoles... A Judas se le negó el título de apóstol, quizá para ajustarse al número…

El retrato: un señuelo del ser…
Por el momento podemos ver como la trama y urdimbre en la pintura nos sugiere una red de bifurcaciones y cruces infinitos. El ser se ubica pues en su laberinto y tenemos que pensar que si es consciente observa y despliega su potencial intuitivo. Quizá sea capaz de presentir la existencia de toda la red, si no es así, sólo verá su casilla y los límites que la circundan. Se trata de una trampa metafórica, un embeleco para ilusos… Vamos a pensar que estas ballestas de color representan las cimbras del mundo y encarnan todo aquello que es posible entre los dos extremos. El entramado teje las probabilidades y es donde se observan los referentes, donde se forman las hipótesis y se crea la “realidad”; es ahí donde el pensamiento se hace y se manifiesta. (Entiendo la realidad como ilusión, ensueño que crea la mente). En este contexto, el de la pintura, lo que vemos y la materia con la que estamos formados, es una paradoja incomprensible. Sólo es admisible si lo hacemos con voz poética.
Cada individuo tiene la opción de ver entre la luz y la sombra, entre el blanco y el negro y si hace un ejercicio de inteligencia ajustada, notoria, sublime, llegará a la conclusión de que en el lienzo de la “realidad” el ser sólo puede ocupar un lugar en el cuadrante que enmarque su pensamiento. En el mejor de los casos y en la sutil conjetura de lo probable, sólo puede moverse dentro de la cuadrícula y cambiar de lugar como se hace en el juego ajedrez o en el de damas. Así se define la geografía del retratado, este puede ir del blanco al negro, pasar por los infinitos matices que se despliegan entre los dos extremos pero no puede “romper el juego”; nunca se puede salir del tablero o estar en todas las casillas a la vez y quedar cuerdo.
No obstante el ser es un creador compulsivo, un poeta que puede inventarse las puertas de la liberación, imaginarse más allá de los limites, pero ha de ser lucido y hacerse a la idea de que, en realidad, cerradas las puertas de la poesía, él sólo es libre para escoger en que cuadrícula se queda.
Creo oportuno citar aquí unos versos de Rainer María Rilke en: “Poemas tempranos”

Pero las tardes son dulces y mías
bañadas en la tranquila luz de mi mirada:
entre mis brazos se duermen los bosques,
y sobre ellos soy yo mismo el sonido
y en la oscuridad de los violines
todo mi oscuro ser está unido.


El retrato
Aunque siempre se ha representado así, el ser no es un rostro, ni “un amasijo de nervios y tendones”, es una caja misteriosa donde se recombinan las experiencias vividas con todo aquello que nos viene dado. El ser es una trama de complejidades que lucha para liberarse de la ilusión, o para sumergirse en ella, la “realidad” que cada cual fabrica en su mente. El ser se mueve en un mundo reducido, acoplado a su entendimiento. Su contexto es el lecho donde se mecen sus pensamientos y en ellos deposita su razón de ser. Entre la luz liberadora puede sentir como los ojos traspasan la oscuridad de los violines, los bosques duermen entre las manos y el oscuro yo se une a las estrellas lejanas… En el mejor de los casos el ser es un hermoso poema, un verso enamorado y agradecido a la vida. En el peor una quimera que lo retendrá inmóvil en una de las cuadrículas. Radicalizado y ciego en la oscuridad del cuadrado negro, deslumbrado e hipnotizado por el exceso de luz en el blanco, en los dos casos no podrán seguir el juego ya que no puede ver…

La claridad
Dice Tagore en el versículo 39 de: “La cosecha”.
Se ha abierto el muro en dos, y como una risa divina, de repente ha penetrado la luz.
¡Venciste, luz! ¡Has atravesado el corazón del alma de la noche!
¡Corta en dos el enredo de la duda y la enfermedad de los deseos!
¡Venciste!
¡Ven implacable!
¡Ven, nívea en tu blancura!
Tu tambor, oh luz, resuena el paso del fuego, tu roja flama ondea en lo alto, y hasta la muerte fenece en un estallido de esplendor.

La muerte fenece en un estallido de esplendor… En ese momento los dos extremos se besan apasionadamente para crear un enlace nuevo. Entre el blanco y el negro se expande la luz; entre sombras aparecen los matices  para mostrarnos el mundo. Con ellas se hace posible la percepción de las cosas, los sentidos se abren a nuevas realidades; es entonces cuando se inician los juegos del entendimiento. En la luz de la mente aparecen los contrastes, los matices y valores, así se forman los conceptos, los significados en las palabras, la turbación de las emociones y con estas conexiones trazamos lentamente el asombroso rostro del mundo.
Aparentemente nada podemos encontrar en los extremos, en ellos fenecemos ya que son espacios sin señales, sin signos y ahí nuestra mente se queda huérfana de referentes. Sin memoria, sin indicaciones el juicio desaparece; en la ausencia de percepción, en la negación de los sentidos, la mente queda en el lugar de las piedras. Nada hay más allá del profundo oscuro, nada más aquí de la máxima reverberación de luz; eso dice nuestro razonamiento.
En la percepción de la nada se diluye todo aquello que no se puede pensar, eso muestran los sentidos cuando no son capaces de describir la ausencia, el silencio, la quietud, el enigma que reverbera de lo eterno. El ser se encuentra y se hace en la infinidad de matices que se desprenden y se muestran entre el blanco y el negro; ¡no hay nada más! En los extremos no hay espacio para la vida, son escenarios minerales, pero justamente por aparecer como teatros inhabitables, incomprensibles y crípticos, nos llaman la atención, nos seducen sus silencios y provocan nuestro asombro. Son espacios que se presentan pletóricos a la intuición. En realidad se trata de enclaves físicos que tienen respuestas físicas pero también son lugares donde crece la duda y donde nacen las claves del misterio.

El misterio del ser
Cuando la luz se apaga, nadie puede evitar la pregunta: ¿dónde ha ido a parar? Cuando alguien muere, tampoco; el ser huye y de él solo queda un sutil rastro en nuestros recuerdos… Y cuando se enciende y se alejan las sombras pasa lo mismo; ¡dónde se han recluido? Entonces nacen otras preguntas; ¿serán las sombras el espacio de la muerte, el lugar donde no se registra nada, nada, y mucho menos los pensamientos? ¿Será la luz el deslumbramiento de la razón, un instante previo al origen del ser. Será esta la imagen invisible del rostro dorado de Dios?
En ocasiones un respiro alentador nos anima y la comprensión de las complejidades se revela en un instante. Es cuando averiguamos que la oscuridad y la luz están igual de llenos y se presienten pletóricos de memoria. La física nos habla de la materia y sus permutaciones, de su excitada energía y de su “milagro dual” . Nos dice que por medio de la velocidad la materia se deviene en luz. La luz y la sombra, el blanco y el negro son los extremos del mismo mundo; ¡son las fronteras, los límites del ser! Sabemos que la oscuridad esta llena de materia que un día resplandecerá. También la luz está sometida a una pérdida de vigor que lentamente caerá en la sombra y el olvido. La resultante de estos desencuentros es el  mundo que vemos; elegía a los cambios que nos explican quienes somos. El pensamiento, la conciencia del yo, la presencia del espíritu aparecen entre el blanco y el negro; justo en esa delgada frontera, en ese límite pletórico de referentes aparece todo lo que somos y todo lo que podemos llegar a ser…

Gregorio Bermejo

Tarragona 27-8 2014


lunes, 21 de marzo de 2011

Notes finals

Conclusions de la trobada sèniors-resistents

Felicitats a tots: com s’havia anunciat, ha estat una festa a la intel·ligència i al saber fer. Alguns textos han teixit una visió del entramat creatiu i un bon anàlisis de la història recent de les nostres contrades. Tot això ha estat present en una trobada ràpida, carregada de bona voluntat i de generositat col·lectiva. Hem de destacar la comprensió i el respecte esmerçat; tothom ha col·laborat i no hem hagut de demanar cap recolzament a ningú, són les avantatges dels sèniors.

En l’acte final s’acorda: no redactar cap conclusió, a canvi s’obre la possibilitat de que tothom pugui enviar la seva opinió o incorporar-la directament al blog Sèniors resistents, concretament publicar-la a l’espai dedicat als comentaris.


No obstant faré ressaltar paraules que val la pena subratllar i recordar...

  1. Revisar el títol de la trobada ja que és possible ser sènior als vint anys i júnior als 60. Cal recordar que l’esperit humà és una capsa sorprenent i que cada moment és una troballa inèdita en la vida.
  2. D’avant la resistència és millor fluir... no obstant a la Comella hi ha una escultura per posar els peus a terra i no ser dissolt entre les boires de l’est i l’oest.
  3. La creació ha estat la possibilitat de veure mons diferents, la pintura la forma i la producció de les imatges virtuals és una manera generosa de comprendre alguna cosa del món visible.
  4. La llum enlluerna, no la podem mirar directament, però podem mirar la que reflecteixen les coses, ella ens informa de com és el món. La pedagogia de la realitat, la presencia de la llum sobre la pell, configura la fenomenologia que cultiva la destresa de la mirada.
  5. L’arquitectura com la pintura es presenta deshabitada; discrepàncies..., L’arquitectura i la pintura són encara l’ hàbitat que representa l’ ordre d’allò pensat i sentit. (El debat queda pendent.)
  6. Aportacions i mancances d’un col·lectiu desemparat, la sinceritat, el compromís i la noblesa en la conducta com medi fonamental de l’expressió. També cal destacar paraules entre els mormols fora de tertúlia. Per alguns, les estratègies personals, el simulacre i l’aparença, són rèmores que s’arrosseguen des de els vuitantes...
  7. Els creadors del Camp de Tarragona veuen un camí d’obertura en la nova etapa de la seva història. El centre d’art és una esperança...
  8. L’esforç dels crítics per informar, difondre, historiar i fer pedagogia de la producció artística, no ha estat recolzat ni per la política ni per alguns mitjans de comunicació.
  9. Els processos ocults i la pedagogia com a compromís personal, ha estat la constant d’una generació que ha buscat altres medis de subsistència i ha dedicat el temps lliure per a fer l’obra i deixat un testimoni del que ha passat.
  10. Les responsabilitats sobre la retirada o el desinterès del públic és compartida: els distanciament d’algunes propostes artístiques, la complexitat del món de l’art, la manca de compromís en fer pedagogia des de la política i la minsa atenció en els processos de difusió són els causants.
  11. Si la literatura, les arts plàstiques, la dansa o el teatre tinguessin el mateix tractament en els medis de comunicació que els esports, és segur que el públic tindria una actitud diferent d’avant de l’art i del món.
  12. Per algú seguir treballant en temes relacionats amb l’art és allunyar la possibilitat de caure en el cinisme.
  13. L’art és una gnosi de la realitat, la natura el marc on ens veiem obligat a conviure; cal fer una aliança amb ella...
  14. Cercar un compromís personal i crear icones que cohesionin la societat; el centre d’art de Tarragona és per al sector una possibilitat de crear cohesió en el sector i recuperar consideració social.
  15. Encara que la situació es fa pesada, que la societat no comparteix el nostre entusiasme, el cric unànime és, endavant companys!
  16. Ara la cultura es fa per un poble imaginat, no per un de real que és aquí i esta cada vegada més desemparat, un poble divers, generós, i preparat per assumir moltes de les propostes estètiques que es fan amb professionalitat i sensibilitat.
  17. Es va demanar la continuïtat de les trobades -s’han de fer!-, que algú prepari el tema i convoqui la gent...

Benvolguts company

Antonio Salcedo Miliani. Foto: Lluís Vives

Benvolguts company

Unes breus reflexions sobre el dia d'ahir. 19-3-2011

Ahir durant gairebé tot el dia varem estar reunits un grup de persones relacionades amb el món del art, artistes i teòrics a casa de Rufino Mesa i Assumpta Rosés. Fou un dia excel·lent, per la climatologia, pel lloc en que ens varem trobar, "La Comella" i òbviament per les persones que van formar part de aquesta reunió, en franca companyia. Fou una idea de Rufino i la convocatòria va tenir una acceptació immediata. Reunir-se per parlar de l'art i l'obra produïda per les artistes de Tarragona durant les darreres dècades. Crec i així ho varem comentar amb altres companys que la trobada fou un èxit. Cadascú dels que varen exposar les seves opinions, els seus comentaris sobre la tasca desenvolupada al llarg d'aquests anys ho va fer amb gran objectivitat i amb una actitud crítica i positiva.
Es varen plantejar punts forts i punts febles. Punts forts, tota la feina desenvolupada: la millor evidència l'obra, el treball de tots aquests creadors que, com es va comentar, està al nivell del que es realitza a qualsevol part del món. Obres variades i múltiples: escultures, pintures, instal·lacions fotografies, performances, que conformen un univers ric i potent. També es va ressaltar la tasca portada a terme per gestors, galeristes i crítics, per concloure finalment que el millor que es pot fer es treballar de valent, fent el que millor sabem i podem fer.
Punt febles, que la major part de les vegades aquestes obres, aquest treball es queda a casa nostra sense tenir la projecció que haurien de tenir. Són obres que formen part dels corrents principals, del denominat "mainstream", però manquen els recursos, la projecció per poder integrar-se en els circuits nacionals i internacionals.
Indubtablement la posada en marxa del recent aprovat Centre d'Art Contemporani de Tarragona, serà un bastió fonamental per ajudar a donar sortida aquesta situació, però malauradament ahir sortia un article a la premsa local amb aquest titular, El nou centre de creació contemporània, en suspens. L'Ajuntament denuncia que encara no ha rebut el 50% del finançament que depèn del govern català.
És una situació que es torna a repetir . Recordo ara un article que vaig escriure el mes de maig del 2004, titulat Per què necessitem un centre d'art contemporani?. Parlava d'una situació que amb circumstàncies diferents sembla repetir el que esta succeint. La no correspondència política en un acord prèviament establert. Fa set anys que el govern de la Generalitat presidit pel tripartit, havia posat pedres de moli en el camí del Centre, ara és també la Generalitat encara que presidida per una altre grup polític. Total com sempre, o com casi sempre, el que no és Barcelona, passa a un segon pla. Som conscients de la crisis econòmica, però l'acord estava pres i no poden creure que la partida destinada al Centre d'Art de Tarragona pugui afectar realment el pressupost destinat a cultura de la Generalitat.
Tant de bo, les reflexions i les opinions que surtin d'aquesta primera trobada de "sèniors" i alguns convidats més joves, pugui incidir sobre l'apertura d'aquest centre. En aquest sentit el Blog que ha encetat Rufino es un magnífic mitjà que pot llegir tothom, i pot ser que als polítics que han de prendre la decisió, tant a casa nostra, en particular el Senyor Jordi Agràs, com al "Centre" el Senyor Mascarell, els arribi la informació d'aquesta trobada que resumeix una gran part de la riquesa, del patrimoni artístic i cultural que han produït els artistes de Tarragona en aquestes darreres dècades.

Endavant companys i com es diu al meu país d'origen, P'lante es p'allà.
Antonio Salcedo

Assumpta Rosés.

Assumpta Rosés. Foto: Lluís Vives

Els darrers trenta anys he seguit l’activitat artística en general i la del meu entorn amb el centre a Reus i Tarragona en particular. He mirat amb atenció les exposicions, la producció dels artistes i les iniciatives de política cultural, tan privades com públiques. He publicat molts articles d’opinió i de divulgació a diaris i revistes, presentacions de catàlegs, he fet estudis monogràfics i recerca històrica. També he emprés iniciatives de producció, organitzant exposicions i creant plataformes de publicació.
Els meus ull han estat el mirall del que mirava i he reflectit una imatge del que veia. Mirar no és veure. He intentat veure. La mirada no és innocent i sé el que he expressat ha estat una versió personal subjectiva. Amb totes les reserves que tot això provoca, jo espero deixar un testimoni del meu temps, amb criteris raonats i reflexions honestes.
Aquesta trobada convoca els artistes de llarga trajectòria perquè expressin la situació del seu treball i de la seva experiència professional. Vosaltres sou qui ha de parlar i jo tornaré al meu paper de mirall, de reflex, de filtre individual. Escoltaré amb atenció. Crec que és una ocasió excepcional per revelar trajectòries personals. Hi ha moments que cal aixecar la veu, sortir de la soledat del taller o del despatx, compartir i afirmar-se.
Tot el món està aquests dies perplex davant d’unes situacions que posen en qüestió les estructures d’una societat d’opulència aparent i marginacions dissimulades. Tota aportació intel·lectual i artística és útil. El pensament, els processos de transformació (de materials, idees, imatges) i la creació, són necessaris. Anys de treball i reflexió no s’han de menystenir i cal posar-los a la vista.
Els artistes de les generacions dels setantes, vuitantes i norantes que avui es reuniu heu passat un filtre de resistència. No heu estat esclaus de síndromes localistes, però tampoc heu aconseguit una projecció exterior que assegurés la continuïtat del treball. Han faltat estructures culturals, plataformes de projecció, estratègies de promoció, suport teòric, programes editorials, comerç, col·leccionisme. Hem estat molt sols. Molta gent del nostre entorn no comparteix la vostra feina i els professionals que tenen responsabilitats nacionals o estatals tampoc no us coneixen com mereixeu.
L’important és la feina feta. Hi ha coses que considero molt importants:
- La producció i les iniciatives que s’han produït resisteixen anàlisis i comparacions. Heu estat atents i connectats amb els corrents de pensament d’avantguarda. Hi ha hagut compromís i qualitat. Amb el treball mig ocult d’aquests artistes sèniors de les comarques de Tarragona, ara mateix es podria muntar una gran exposició que deixés bocabadats molts experts.
- El llistó de creació artística és alt. La feina està feta. Als tallers hi ha obra. Hi han publicacions, reflexions i documents. Ens heu ofert treballs impressionants, emocions intenses, produccions que sembla impossible que es puguin aconseguir des d’un treball individual, autogestionat i silenciós.
- La creació artística està, segurament com ha estat sempre, en un moment incert. Ha acabat la pintura, l’escultura, l’art amb suport matèric ? Cal centrar-se en els postulats conceptuals i en les accions d’implicació social... teòrica? Com es consolidaran les aplicacions de noves tecnologies? Quina formació necessiten els joves artistes i els consumidors?
Com arribaran els nous paradigmes a l’esfera local? Driblarem ortodòxies paralitzants?
Ens hem de proposar alguns objectius. Darrerament s’ha parlat molt de l’art emergent, sembla que hi ha interès per ajudar els artistes en la formació i les primeres accions, sigui producció o exhibició. Però si no es preveu la continuïtat això no haurà servit de gaire. Els artistes, un cop emergits, quedaran abandonats a la soledat del taller, això si arriben a tenir un taller.
Les generacions que heu tingut la força de treballar per propi impuls, sense beca prèvia, sense exposició assegurada, sense dietes pagades, ara heu de tenir una visualització del treball que faci útil per als altres aquest gran esforç. I també ho mereixen autors de les generacions anteriors que han quedat en suspens. I els creadors emergents dels darrers anys han de trobar camins de continuïtat.
Hem de desmitificar idees com la fama, l’èxit, la gran cotització, els projectes amb tot pagat i tot resolt, la “projecció internacional” frase que arriba al ridícul i que tants cops s’escriu en va a les biografies. Les bufetades de la crisi i la visualització dels enormes patiments i privacions que passen tantes persones ens han de posar a lloc, en un espai d’austeritat i servei. Però això no treu que el treball artístic s’ha de reconèixer com qualsevol altre. No pot quedar arraconat, com està passant en masses ocasions.
Qui ha d’arreglar això? Parlem-ne.
Assumpta Rosés

Albert Macaya



Albert Macaya. Foto: Lluís Vives


1. Sempre m’ha semblat paradoxal com es fa de difícil parlar del propi treball. Qui hauria de tenir més coses a dir d’una proposta artística que aquell que l’ha creat? I no obstant, les paraules s’enferritxen, derrapen, es resisteixen a encaixar, com peces d’un trencaclosques hostil. Tant se val: des de Gadamer sabem que l’obra no ens pertany, que te vida pròpia, que el receptor la reconstrueix i la dota de sentits sempre renovats. Fins i tot hi ha qui s’ha apressat a donar l’autor per mort. Aquesta suposada mort va com anell al dit per als propòsits de tota una línia de reflexió en art i cultura per a la qual tot s’explica en termes de context social i cultural. Poc importen les cuites individuals de “l’artista”. Però, contra el que pugui semblar, no estic fugint d’estudi: qui emet una proposta artística hauria de ser capaç de dir-ne alguna cosa. No qualsevol cosa, alguna cosa més o menys afinada.
Aquesta feina a la que hem dedicat tantes hores te la virtut/defecte de defugir obstinadament qualsevol intent de definició. Més encara avui que l’art ha eixamplat els seus límits fins a desintegrar-los completament. Imagino a Kaprov, davant el mirall, rentant-se les dents un matí qualsevol quan va tenir l’ insight que allò era una activitat artística, com acabaria proclamant. Rentar-se les dents com a “obra d’art”, en ares de la fusió final d’art i vida. Si tota activitat humana és art, aleshores sobren els comentaris, els posicionaments, els debats.
Però el motiu d’aquestes línies és, precisament, un debat. Per tant, aventurarem una hipòtesi: això que anomenem art és una forma de coneixement, una manera de penetrar la realitat, un mode per a pensar i compendre el que ens envolta, per a representar-nos el món. Altra cosa ben diferent és fins a quin punt ho aconseguim.
2. Explicar la pròpia trajectòria i repassar la formació del llenguatge que emprem en unes poques línies és com capbussar-se en un oceà d’instants viscuts, d’innumerables hores malbaratades en la soledat del taller. Però tampoc exagerem en això de la soledat: compten –i molt- algunes coses llegides i vistes. Viatges, exposicions, converses, lectures. En qualsevol cas, la tramoia de l’art, contra el que sol pensar-se, és més aviat avorrida. A l’estudi de l’artista no hi viu cap èpica secreta de la creació.
En aquest punt crec que les generacions convocades a la Comella hem viscut marcats per un canvi de paradigma. Molts de nosaltres ens vam formar en les darreres cuades del formalisme, quan el material, el traç, la taca i el regalim ho eren tot. Ara l’interès s’ha desplaçat cap al significat, la interpretació, el joc semàntic. I més encara cap a la relació amb els contextos: les claus socials, culturals, de gènere, classe, que rauen en les imatges artístiques. Els aspectes formals de l’art –tals com el material, el traç, la taca, el regalim...- son ara vistos amb recel. El formalisme fàcil, efectista, complaent, és ara el llast d’una tardomodernitat en franca decadència.
Tot plegat explica la gran quantitat de dubtes entre els que s’ha desplegat el nostre quefer. El tsunami postmodern ens ha deixat al ras. Res de lamentacions: la versió optimista serà considerar l’enorme privilegi d’haver viscut un moment tan singular, que pocs individus a la història hauran conegut. Hem cobejat la pedra, el pigment, el rastre de grafit al gra del paper. I hem conegut l’eclosió d’un mon nou, a partir del qual ja res serà igual. Un mon en que es fonen les jerarquies, els gèneres, els llenguatges; en que les imatges son un immens territori a recórrer en totes direccions, sense camins obligatoris. Un món en que les distàncies s’esvaeixen i l’accés al coneixement es multiplica exponencialment. Si el preu és que els temps sacsegin les nostres certeses i ens descavalquin de la comoditat d’allò conegut, be val la pena pagar-lo.
És per això que no em sento ni sènior ni resistent. No te sentit resistir, em sembla molt més interessant fluir. Deixem-nos dur per la riuada, Tampoc tenim cap més opció. No sabem cap a on ens du, però ens hi du molt depressa. I quant a sènior... sento una enorme curiositat per totes les propostes noves, tot i que l’escepticisme i la distancia crítica ha guanyat terreny a l’entusiasme incondicional d’altres temps. Vet aquí un símptoma de seniorness que vull pendre per lucidesa o experiència.
3. Què n’he fet de la meva obra? Sembla una pregunta senzilla, però esta carregada de sentit. La resposta curta és que l’he donat, venut, desintegrat o que s’apila als espais tancats d’un pis al centre de Reus i en algun que altre museu o espai d’art. Però hi ha altres respostes possibles. Fins abans d’ahir l’obra d’un artista era el conjunt d’artefactes que deixava com a rastre. Però en els temps de l’art postauràtic i desmaterialitzat, els significats i les idees flueixen alliberats de la fisicitat del pigment o la pedra (o no necessàriament mediats per ella). Fins i tot la paraula “obra” sembla pomposa i arrogant. “La meva obra”, diem, per referir-nos al que queda com a materialització dels nostres processos mentals. M’incomoda el terme “obra”, potser que en diguem treball, producció, proposta (mira, Kaprov ja glopeja aigua, ha d’anar al mercadona a per més pasta de dents per a continuar la seva obra. Allà hi trobarà a Manzoni, proveint-se de rotlles de paper per a la seva creació mestra).
Vist així, potser la pregunta rellevant no és que n’he fet dels artefactes, si no fins a quin punt han expandit l’experiència, en quina mesura han ajudat a créixer o a compendre.
4. el col·lectiu al que pertanyo és com tots els col·lectius humans: poblat indistintament per persones extraordinàries i per éssers mesquins. Globalment, amb llums i ombres, no es pot negar que al nostre indret hem assumit una important dosi de compromís cívic. Hem participat en innumerables consells assessors, reunions, assemblees, hem debatut, escrit, ens hem involucrat en tasques de gestió cultural gratis et amore, i hem acabat descobrint que la resposta social i ciutadana no és directament proporcional a la bona fe i el voluntarisme esmerçats. Tenint tots els trumfos –bons artistes, escoles d’art, universitat, museus i institucions d’una escala mitjana, amb els que el diàleg podria ser fluït- som encara un col·lectiu invertebrat. També, com en tots els col·lectius humans, el nostre ha estat a voltes un galliner curull de picabaralles, atomitzat per la nimietat de les filies i fòbies personals, incapaç de cooperar i empènyer en la mateixa direcció. I a voltes també hem aconseguit fer caminar iniciatives individuals i col·lectives, lliures de servituds polítiques i administratives, autogestionades, fruit de la col·laboració, l’entusiasme i el compromís.

Currículum vitae

Albert Macaya
Artista visual i professor de la Universitat Rovira i Virgili. Imparteix docència en matèries d’art a la Facultat de Lletres i didàctica de les arts visuals a la Facultat de Ciències de l’Educació. Ha participat en diversos grups de recerca i programes de doctorat sobre art, educació i didàctica de les arts visuals. És autor de diverses publicacions en aquest àmbit. En el terreny creatiu, després d’uns anys inicials centrats en la pintura, s’ha decantat per l’escultura i la instal.lació. Ha mostrat el seu treball preferentment a museus, centres d’art i galeries, a més d’alguns projectes per a l’espai públic i alguna incursió esporàdica en el terreny de la performance

Lluís Vives Chillida



Lluís Vives.

La pròpia casa no està endreçada en aquest moment; potser això arribarà tard o fora d’hora. Em sembla que això no és una prioritat . No obstant, puc compartir l'interès per algunes de les qüestions del Rufino.
Una d'aquestes la interpreto, al cap i a la fi, com la necessitat d'entendre la relació entre un mateix i el seu públic. Comprendre’s un mateix és una tasca vana; un només pot anar cap endavant, seguir els passos de la recerca pròpia, i orientar-se per les mateixes llums que projecta la seva obra. El públic, l'altre, l'expectant, el considerador, el crític… cal entendre'l com algú concret que es beneficia del que hom fa. No existeix el públic indeterminat, es compta d'un en un. Tenir públic és afalagador, però no sé de quina manera l'hauria de correspondre que no sigui havent fet el que ja he fet. Ho dic per la sensació de tenir un deure generat per la seva consideració. Aquest deure només el puc pagar expressant un agraïment mut i silenciós. De vegades la seva consideració és una interferència -massa sovint no entenc per què els altres pensen el que pensen dels meus treballs, en el sentit que sigui- i per tant en aquests casos són un fet marginal per a mi. Jo no me’n puc ocupar. D'altres constitueixen un correctiu alliçonador com la vida mateixa. Reconec que en la nostra relació ha dominat la incomprensibilitat. I que això ha generat l'autosuficiència necessària que m'ajuda a sobreviure.
Incomprensibilitat i autosuficiència necessària. Producte d’aquest individualisme és l'isolament…
I aquí estem amb la nostra profunda introspecció. Profunda per persistent, no per transcendent, tot i que tanta insistència en la introspecció pot arribar a transcendir, i d'una manera molt probable creant un monstre. La monstruositat està en la visió de l'altre.
L'altre ho som també nosaltres. Tots n’hem vist passar horroritzats, de monstres de la creació, de tots els colors: deformats, desproporcionats, descolorits, desorientats i desestructurats… Gairebé sempre voluntariosos. Monstres que s'emmirallen i es cargolen sobre si mateixos. Monstruositat que s'aproxima molt al ridícul. En tots els anys que portem exhibint-nos, qui no ha tingut, però, la sensació d'estar aproximant-se massa a aquest perill? fins i tot gaudir de la seducció d'assemblar-se a allò que ens sembla monstruós. Atracció morbosa i temptadora. Al cap i a la fi la creació és un artefacte nou, la diferència és gairebé una condició i això l'aproxima a la monstruositat.
En algun moment, (i suposo que això té a veure amb l'experiència) jo m’he volgut despullar per evitar tota possibilitat d’embolicar-me, per reduir al màxim les friccions entre els orígens i l'esdevenir.
Vull creure que el meu camí discorre per la via d’alleugerir-me vers la recerca de la claredat. Amb el temps tot s’alleugereix: menys dramatisme, menys transcendència, menys estratègies, menys ocultacions. Suposo que per compensar que la vida et porta precisament per camins contraris.
Avui jo em considero un fotògraf. No sé si aquesta afirmació, feta així, em desacredita per estar aquí. Però ho he de dir per comprovar si en escoltar-me estic dient quelcom creïble. No acceptaria enganyar-me.
La meva relació amb la fotografia m’agrada pensar-la com una oportunitat tecnològica de netejar-me les mans, d'allunyar-me de l’acte fisiològic i escatològic de la pintura manual. Aquesta és per a mi una història passada, però que la porto dintre sense remissió. Puc dir al respecte, i amb tot el respecte, que la pintura de Velázquez em recorda la sensació de la merda i que cada vegada que torno al Prado corro a sentir aquesta sensació per pur instint, com un animal. Estic segur que els pintors sabeu a què em refereixo.
Tot plegat, passar de la quiropràctica a la mecànica, ha estat una transformació per acabar adoptant una altra escatologia: la de la tragèdia del realisme, o la tragèdia de la condició irresolta de la realitat, de la imperfecció, la de la misèria de la superfície de les coses: accidentada, rugosa, gris i cromàtica alhora. La superfície de qualsevol cosa es deixa banyar per la llum del sol per rebel·larse a la intempèrie de qualsevols ulls com una estúpida figureta decorativa o com un feréstec tros de tronc. Però això sí, sense tacar. Quanta pulcritud i puritanisme amaga la tecnologia....
Cada hora que passa sé menys coses i estic més desvalgut. I també m’admiro més del que veig. Ho dic sense excuses. Simplement. Em costa fer entendre als altres la suficiència d'una experiència de percepció tan senzilla i de per què la voluntat de representar-la s’ha convertit en el meu objectiu de treball.
Ofereixo una cosa per compartir: estranyar-nos del que veiem, estranyar-nos dels productes de les lleis de la física, de les configuracions naturals i de les artificials. Fins i tot, estranyar-nos de la pròpia comprensió de les coses, de les matemàtiques, de la lògica i també de l'estranyíssim transcurs dels temps que tot ho canvia. L’estranyesa és un mètode incisiu de la consciència. El món i la pròpia vida és un procés de degradació, entropia pura de la qual hem de saber extreure l’exemple per a la nostra simplicitat. En el camí d'aquesta degradació ens trobem objectes: aquí tenim una pedra; desgastada. I un tros de fusta a punt de convertir-se en cendra. Un conill es caça, un llobarro es pesca, una pedra s’agafa i un tronc es talla. Són les equacions modestes que acompanyen la meva autosuficiència. Comprenc que aquests fets no em diferencien gaire dels altres, això és el que vull compartir.
No m’interessa res més que estar, que adonar-me d’aquest estat, si es pot dir així. Les fotografies que faig m'ajuden a sentir-me d’aquesta manera. Em fan adonar-me del que està succeint.
La fotografia va adherida a mi en aquest moment (ja es veu). Forma part de la meva manera d’entendre. De la meva manera de construir aquest estat de consciència. La fotografia desconfia de la mirada. No m’adono prou del que veig; així doncs, ho corroboro amb una repetició de les lleis de la física. Una nova refracció de la llum que forma de nou la imatge, la corrobora. Si la càmera és capaç de veure el que jo veig (de reconstruir-ho, si ho dic amb propietat), deu ser que el que veig és veritat, o si més no, multiplica les possibilitats que allò ho sigui. (Ja sé que mentar la veritat és com deixar-se caure per un precipici però ho faig, conscient de la meva inconsciència.) Però no és tot exactament igual. Les imatges són una (gairebé literal) ombra platònica de les coses, un moment, una secció transversal del seu temps, però atorguen una oportunitat a la seva visió. Les imatges són una oportunitat més que te el món per formar part de la consciència dels humans.
Una cosa que em fascina és que es pugui parlar de la llum (com de qualsevol altra cosa, per cert) però de la llum, particularment. Ho he vist fer admirablement al menys des de dos punts de vista: el de la física i el de la poesia. Gosaré amb el vostre permís fer-ho de la meva manera prosaica perquè la llum -i totes les seves conseqüències- forma part essencial de la meva posició.
Avui, gairebé es coneix, o s’explica, qualsevol fenomen de manifestació de la llum. L’emissió és un fluxe enlluernador d’energia de fotons que acompanya el món des del moment de la seva creació. L’emissió no es pot mirar perquè cega. És una llum molt diferent de la llum que serveix per mirar, la llum suau proporcionada als nostres ulls, que reflecteixen la superfície de les coses per ser vistes. El món es veu a través de la llum reflectida i tan sols veiem la superfície, la pell, la pel·lícula més superficial de tot. Físicament es comprèn amb una gran simplicitat. La pròpia de la ciència. Però l’espectacle que es produeix és tan gran i tan complex que costa de creure, ens deixa aquí perplexos al davant d’objectes tan estranys com una pedra o un tronc o una joguina. L’essència d’aquests objectes no és la llum, però és gràcies a ella que compartim una certesa.
Es pot fer la crítica que l’essència de les coses no està a la superfície; jo ho dubtaria. Ben pensat, no veig per què hauríem de descartar aquesta possibilitat.
La fotografia és per a mi una cibertecnologia, una extensió mecànica que allarga el meu cos i comunica millor algunes de les facultats del meu cos cap a l'exterior. M'ajuda a disseccionar el món, a deconstruir-lo. M'ajuda a mantenir un cert control sobre el caos i és una oportunitat per a l'espectacle de la contemplació i sobre tot per a la comprensió. Encara m'estranyo d'això, i per tant encara m'interessa això.
Ben bé penso com fotografio, de fet ja no sé parlar sense la reflexió d'una imatge present o en el record, i per tant el pensament es desplaça a prop de les condicions de les imatges i de la fenomenologia pròpia d'aquest joc tecnològic i la memòria. En conseqüència, i ja per acabar, puc fer afirmacions com aquesta:
Lo visual està en constant transformació. Es mou al nostre ritme, i al seu, sedimentant en la nostra memòria capes etèries de records que són les que configuren a la fi la nostra idea de la realitat, que es confon amb la seva representació.
Text llegit a les jornades d’artistes organitzades per Rufino Mesa i l’Artiga. 19 de març de 2011. Lluís Vives